







IMPERIO (1804 - 1815)
En esta época Napoleón se corona Emperador.
El gusto por los peinados naturales y los sencillos vestidos dura poco y durante esta época serán introducidas nuevamente las modas cortesanas. Hay una vuelta a la etiqueta y el lujo.
Tanto los peinados como los vestidos adoptan formas más rígidas.
El cabello se retira de los lados y se ajusta atrás en un moño. A los lados caen cabellos cortos rizados. Los cabellos se sujetan con diademas, collares, peinetas, etc.
Los hombres llevaron el cabello corto, cayendo hacia delante, ondeados, sin raya.
Este peinado "tipo César" es el que llevaba Napoleón que se consideraba sucesor del emperador romano.
ROMANTICISMO (1815 - 1848)
Frente a un fondo de agitación social aparece una corriente espiritual, el Romanticismo, que se manifiesta en una pasión por la naturaleza y los valores afectivos del alma y la fantasía. En los gráficos y cuadros de la época se representa una vida hogareña de domingos y fiestas que no refleja la realidad diaria.
Entre 1820 y 1830, el peinado femenino se caracteriza por un ancho moño ajustado detrás de la cabeza y con rizos que caen en los laterales del rostro. Este peinado hace que el rostro parezca más alargado pues el moño lo alarga y los rizos delanteros lo adelgazan. Así se logra la impresión de una forma ovalada, uno de los ideales de la época.
Tanto el peinado como el vestido hacen aparecer a la mujer más frágil, pero la cantidad de rizos y la tela le agobian excesivamente.
Después de 1835 desaparece la construcción con los moños y el cabello largo se ajusta detrás de la cabeza con un rodete y los costados del rostro se adornan con largos y colgantes rizos de palo o guirnaldas de trenzados. El cabello se peina con raya en T, en U, en V y en Y.
Quien no tenía un cabello voluminoso utilizaba postizos de cabello o de seda. De la literatura se desprende que los cabellos rojos o grises son indeseables y que son favoritos los negros aunque también se admiran los rubios.
Durante esta época, la mujer rara vez lleva el cabello descubierto. Aún con vestido de noche lleva cofia, chalana o turbante. El más difundido es el sombrero chalana, que consiste en un casquete y un ala rígida que enmarca el rostro. En la casa lleva una cofia de tul con bordes adornados con una puntilla fruncida que rodea el rostro.
El peinado sencillo de las que no tienen tiempo para dedicarle consiste en el cabello dividido por una raya, liso, hacia atrás recogido en un simple moño.
Hombres
Los hombres de la época romántica manifiestan con sus peinados y sus barbas sus inclinaciones políticas.
En los años 20 el peinado es ligeramente ondulado y rizado. Para ello los hombres también deben recurrir a medios artificiales como las tenacillas. Los jóvenes que querían separarse de los tradicionalistas, preferían el pelo corto en la frente y patillas o barbas en las mejillas más o menos destacadas.
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REALISMO, HISTORICISMO (1840 - 1900)
Esta época se caracteriza por las rebeliones en toda Europa. Se fuerza la abdicación de los reyes burgueses.
Con la revolución industrial, la mujer se incorpora al trabajo, por lo que sus vestidos y peinados han de ser lo más cómodos posibles. La clase obrera se incrementa y hay un éxodo rural.
En general, todos los peinados son con raya al medio y el pelo lacio se peina ancho cubriendo las orejas con un arco suave hacia atrás donde termina en un chignon ajustado bajo. Los lados de la cabeza están bien acentuados por los rulos de palo, reliquia del Romanticismo.
Los hombros se dejan descubiertos con los grandes escotes que llevan pocas joyas. Este aspecto muestra paralelos con la moda del barroco en la que también el peinado chignon se llevó con falda amplia. De ahí que a esta época se le llame el nuevo barroco.
En los años 50 la parte delantera del cabello se ondea, se riza o se carda, para hacer peinados bien
A finales de los 60, el moño se desplazó hacia arriba y están de moda los trenzados amplios. Existe la tendencia de recoger todo el cabello y ajustarlo arriba. Dejando las orejas libres se aprecian mejor las joyas. Al mismo tiempo, mediante una falda plegada y un relleno, el polisón se acentúa el trasero, resultando una silueta más delgada y erguida.
En los años 70 los peinados son naturales y sencillos. No es tan frecuente el uso de postizos, pero el teñido continúa usándose mucho. El cabello rojo era considerado ordinario e indecente. Igualmente estaba mal visto el rojo en los labios y en las mejillas, así como pintarse las cejas. Sólo era admitido un poco de polvos para cambiar la tez pálida por un delicado color.
Hombres
La barba encuentra eco general también en círculos conservadores. Debe ser recortada, ordenada y torneada.


BIBLIOGRAFIA:
http://html.rincondelvago.com/historia-del-peinado-y-de-la-belleza.html
http://es.ask-schwarzkopf.com/education/articles/188
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